Dieciocho años

Un intercambio de mentes

hace que pensemos distinto.

Yo tengo dieciocho años

y recién comienzo la vida.

Claro, no tengo que repetir

todo lo pasado...

¿Cómo hago para no hacer lo mismo?

Debo usar mi ingenio

y crear situaciones distintas.

Se hace difícil porque la mente

retrotrae el pasado al presente.

Y entonces encuentro la solución:

dejar pasar el tiempo,

las circunstancias

y mi estado de vulnerabilidad

para dar paso a vivir el presente

sin darle al pasado la importancia que merece,

ya que tengo dieciocho años

y recién comienzo a vivir.

Con el tiempo tendré más experiencia,

que quizás sea distinta

a la que tengo hoy.